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Internacional

Rusia reconoce esfuerzos de talibanes pero subraya riesgos en su zona de influencia

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El presidente Vladimir Putin y otras autoridades rusas expresaron la semana pasada su inquietud sobre la capacidad de los talibanes de estabilizar el país e impedir el avance de grupos yihadistas.

AFP | por Antoine LAMBROSCHINI

Moscú, Rusia.- El gobierno ruso reconoció este miércoles en Moscú los esfuerzos de los talibanes para estabilizar Afganistán, pero señaló que los riesgos “terroristas” procedentes de ese país amenazan a toda la región, una zona de influencia rusa.

Reconocemos los esfuerzos lanzados para estabilizar la situación política y militar“, dijo el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, en la apertura de las primeras conversaciones internacionales con los nuevos dirigentes de Afganistán.

La reunión contará con una decena de países participantes, incluidos China, Pakistán e Irán, y es un paso más en la integración de los talibanes al juego diplomático, tras las reuniones la semana pasada con países occidentales en Catar y Turquía.

En su discurso, el ministro ruso indicó que “numerosos grupos terroristas, en primer lugar el Estado Islámico y Al Qaida, buscan aprovecharse” de la inestabilidad del país, controlado por los talibanes desde mediados de agosto.

Existe un riesgo real de que las actividades terroristas y el tráfico de droga (…) se desborden hacia los territorios de países vecinos“, agregó.

La región de Asia central nos preocupa particularmente“, dijo el diplomático ruso en referencia a las exrepúblicas soviéticas de esa región que constituyen estrechas aliadas de Moscú.

Ante la delegación talibán, encabezada por el viceprimer ministro Abdul Salam Hanafi y el ministro de Asuntos Exteriores Amir Khan Muttaqi, Lavrov pidió a la comunidad internacional ayudar a los afganos.

CRISIS HUMANITARIA

Sometidos a sanciones internacionales, los talibanes no disponen de fondos para nutrir a los bancos ni pagar salarios.

Estamos convencidos que ha llegado el momento para que la comunidad internacional aporte una ayuda humanitaria financiera y económica, para evitar una crisis humanitaria y éxodos migratorios“, dijo Lavrov, que lamentó la ausencia de representantes estadounidenses en Moscú.

Los talibanes consideran que la reunión refuerza “la estatura” del nuevo gobierno afgano, indicó su portavoz Zabihullah Mujahid.

Para Rusia, sin embargo, supone una oportunidad para reforzar su posición como potencia regional en Asia central. Su objetivo es estabilizar la situación política y militar, con un gobierno “inclusivo” que aplaque los grupos yihadistas.

Desde su regreso al poder en agosto, los talibanes han enfrentado la amenaza de grupos más radicales que ellos, en particular el Estado Islámico Khorosan (EI-K), que realizó varios atentados mortíferos.

El presidente Vladimir Putin y otras autoridades rusas expresaron la semana pasada su inquietud sobre la capacidad de los talibanes de estabilizar el país e impedir el avance de grupos yihadistas.

Putin advirtió que algunos grupos preparan “planes para extender su influencia a países de Asia central y regiones rusas“.

Rusia se burló del retiro humillante de Estados Unidos de Afganistán, pero teme que el caos se extienda a su flanco sur en Asia central, una zona estratégica rica en materias primas.

Moscú también ha multiplicado el último mes las maniobras militares en la frontera afgana con sus aliados regionales, reforzando su base en Tayikistán. China también realiza ejercicios en la zona.

TEMOR A UN ÉXODO MIGRATORIO

La situación actual no es extraña para Rusia, tras la invasión soviética de 1979 a 1989, que marcó el inicio de décadas de guerras en Afganistán.

En un reciente encuentro con diplomáticos occidentales en Catar, el ministro afgano de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, advirtió que “el debilitamiento del gobierno afgano no le interesa a nadie“, y recordó el riesgo de seguridad y de un éxodo migratorio.

Rusos, turcos, iraníes, europeos: todos quieren evitar una crisis de refugiados. Putin considera que los yihadistas aprovecharían tal éxodo para distribuir a sus hombres en Asia central y Rusia.

Zamir Kabulov, enviado del Kremlin para Afganistán, consideró que este contexto evidencia que “el período de euforia” de los nuevos jefes de Kabul ya pasó.

Desde la vuelta al poder de los talibanes, Moscú se ha mostrado indulgente con ellos, pero ha insistido en que la estabilización del país requiere que otras facciones afganas participen del ejercicio del poder.

Además, no se plantea reconocer en lo inmediato a su gobierno como legítimo.

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© Agence France-Presse