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Regional

Puiskat Naku, mujeres que preservan la cultura de Huehuetla a través del bordado

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El grupo cuenta con la participación de 20 mujeres, y se distingue por ser una cooperativa intergeneracional, con mujeres desde los 10, 15 y hasta los 85 años, proyectando el relevo de conocimientos entre las generaciones, para heredar la forman de mantener viva la tradición.

Benito Sánchez
Corresponsal de Zacatlán

La tradición y la cultura de la Sierra Norte, tienen diferentes expresiones desde las danzas y las ceremonias, sin dejar de lado la lengua, el estilo de vida, y muchas otra. En Huehuetla, se promueve la cultura, a través del bordado, el colectivo Puiskat Naku, un grupo de mujeres que tomaron la iniciativa de impulsar y promover todos los factores que distinguen al totonacapan una fusión de ámbito poblano y veracruzano.

El proyecto surgió como una cooperativa de enfoque tradicional y de cosmogonía, al tiempo que se cubre el bordado basado en elementos distintivos y patrones que se plasman y adornan la indumentaria como blusas, fajas y algunos otros que conforman la vestimenta de la región a través de telares de cintura, lo que lo convierte en un proceso artesanal en su totalidad.

Trabajando en ejes como la justicia económica, perspectiva de género, tradición oral, preservación y acceso al arte, así como defensa del territorial. El colectivo tiene 2 años trabajando de manera formal en las instalaciones de la Casa Corazón, donde desarrollan sus proyectos, ubicada en la calle Juárez Norte #42, en la zona centro de Huehuetla.

La cooperativa es un espacio autónomo y forjan vínculos con diversas instancias, entre ellas la Universidad Intercultural del Estado de Puebla UIEP, con el fin de transformar el conocimiento y difundirlo entre la comunidad, 2 de las integrantes son estudiantes de la Licenciatura en Derecho Intercultural en dicha institución.

El grupo cuenta con la participación de 20 mujeres, y se distingue por ser una cooperativa intergeneracional, con mujeres desde los 10, 15 y hasta los 85 años, proyectando el relevo de conocimientos entre las generaciones, para heredar la forman de mantener viva la tradición.

La idea primaria surgió como inquietud de retornar a la comunidad luego de la ejecución de una serie de talleres en el que se enseñaba a niñas y niños diferentes puntos culturales, quienes eran acompañados por las madres de familia, que, durante la espera, practicaban el tejido como actividad ocupacional y personal; lo que dio inicio a poder crear el grupo.

Las madres de familia que se dedicaban al bordado y al textil se unieron a la cooperativa y luego de un periodo de trabajo, buscan mantener una economía solidaria, evitar intermediarios, mejores precios por el arte en textiles, compartir saberes, el respeto en el sector femenino, igualdad y muchos puntos más; Las prendas que se elaboran sus manos, han llegado a diversos puntos de Puebla, Guadalajara, Zacatecas, San Luis Potosí y la Unión Americana.